Un espacio grupal para aprender intercambiando experiencias:
Durante las jornadas del 27 y 28 de Noviembre tuvo lugar una cita, un encuentro en el que profesores de diferentes asignaturas pero con similares inquietudes discutían sus puntos de vista y se daban apoyo mutuo conscientes de que pese a estar en crecimiento son aún hoy un grupo minoritario, dentro de la enseñanza universitaria.
En esta tercera ocasión introducían una novedad relevante, se contaría con la presencia de alumnado que opinaría y aportaría sus experiencias.
Tras una sesión en la que libremente se discutía y se opinaba acerca de las mejores y peores vivencias en el mundo universitario para cada uno, se pretendió ya en común sacar unas conclusiones básicas de lo que en ambos grupos se había producido.
Las conclusiones lejos de ser dispares o demasiado numerosas, comprobamos que se conformaban como un todo alrededor de unas pocas ideas generales de las que a mi ver, se destacaron
- la necesidad de sentirse parte de un proyecto,
- adquirir conocimientos más allá de la asignatura
- la necesidad de un profesor con un proyecto claro, que motive a través de una mayor participación. Se busca un guía que nos haga sentir, un buen técnico que necesariamente ha de ser un buen comunicador
- queremos ser activos, trabajar nuestras carreras. Es necesario potenciar la práctica
- para que sea posible esta interacción es necesario una coordinación previa y esta sólo es posible a través de una mejora de la comunicación o lo que es lo mismo de un aumento de las redes de comunicación en detrimento de las redes de burocracia
- se es consciente de la necesidad de una responsabilidad mutua, adecuada al valor de la universidad (feedback)
- las clases magistrales, donde la participación del alumno es mínima, aparecen como un impedimento al logro de estos objetivos. Al menos desde la visión del estudiante.
Y como posibles medios, para el logro de unos objetivos a primera vista tan ambiciosos aparecieron tendencias y prácticas; vistas más como una necesidad, surgían así, como un grito del estudiante, que reclama, una educación en definitiva mejor:
o -el trabajo en grupo ( como constante. Practica que favorece el trabajo y el conocimiento de forma dinámica) en su defecto el individual
o clases magistrales cuando no quede otra opción pero con debate
o uso de un vocabulario cercano, exento de demostraciones grandielocuentes
o desarrollar la comunicación
o uso de las tecnologías ( claro-oscuro. Ponerlas al servicio de la asignatura, pero no de forma que se generen mayores problemas)
o facilitar la discusión en clase que el alumno pueda exponer su punto de vista
o la formación especializada no como profesionales y expertos de sus asignaturas, que no se cuestiona sino como docentes que han de acercarse a jóvenes, que han de comunicarles y transmitirles su saber
REFLEXIÓN PERSONAL:
Las peticiones del alumnado aparecen como un grito, esconden esa necesidad que arrastran los apasionados de sus carreras; que se encuentran con espacios que se quedan demasiado pequeños a sus expectativas de saber, de participar, de trabajar en lo que les gusta, más allá de memorizar datos cifras y fechas. Es esa necesidad de sentir, de sentir que intervienen en su formación.
Por parte del profesorado, el problema no entraña caminos menos arduos, no ha de ser sólo un transmisor, sino que se exige que sea un buen comunicador. Eso exige trabajo. Ser un guía, un transmisor de pasiones, alguien que haga trabajar a sus alumnos, que les motive, entraña mucho trabajo.
Parece que se hablaba de aprender, de aprender a comunicar. Si bien, hay un tema que subyace, y es la pasión, el profesor que disfruta con su asignatura, que disfruta con el alumno que se interesa, que disfruta viendo la evolución. O incluso más, que necesita de esa respuesta por parte del alumnado, ese, por un medio o por otro se va esforzar, por conseguir integración, trabajo, respuestas. Eso se palpa en la clase se percibe y es el punto de partida necesario para empezar a trabajar.
No obstante, es cierto, que el saber como acceder a los alumnos como ha de producirse ese acercamiento y en base a que formas de trabajo y medios, ayuda bastante.
El intercambio de conocimientos, más allá de los datos que quedaron en el aire, es una esperanza. Queda gente interesada, existe esa necesidad se que se produzcan cambios en la forma de enseñar, y sobre todo existe desde las dos partes. Al tiempo que es un proceso en continuo crecimiento.
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